La firma del suscripto tiene que estar legalizada por medio de la Apostilla (Convención de la Haya de 1961) o por el cónsul del país en donde debe registrarse o usarse el poder.
La firma del suscripto tiene que estar legalizada por medio de la Apostilla (Convención de la Haya de 1961) o por el cónsul del país en donde debe registrarse o usarse el poder.